Son los descendientes de los inventores del infierno; son los que han desplazado la idea del infierno del centro de su prosperidad para reemplazarlo por el de marginación: o trabajas, cualquiera que sea el precio, o vivirás en la marginación. Miedo y Culpa robados a los individuos para ponerlos al servicio de los dueños de la mecánica financiera. Otro burdel. El resto: puro lenguaje políticamente correcto que inventaron en favor de su prosperidad.
De ahí que nadie grite cuando los medios de comunicación especulen sobre la cantidad de millones que se han podido pagar a cambio de la liberación de dos cooperantes catalanes, Albert Vilalta y Roque Pascual. Está claro que sólo tiene importancia lo que se puede valorar en cifras. ¡En qué nuevo infierno nos han metido! ¡Pobres de nosotros!